Por Sebastián SantamarÃa Présiga*
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—Papi, ¿te puedo preguntar algo?
—SÃ, linda.
—¿Mamá ya no es superheroÃna? —Pregunta con una lágrima que decora su ojo.
—No. ¿Por qué lo dices?
—Es que desde hace dÃas ya no usa su supertraje ni su capa blanca. Creo que ya perdió sus poderes y no va a ser capaz de protegernos más.
—No, amor, aún los tiene, solo nos está protegiendo del mal. Tú sabes que los villanos atacan a los superhéroes y a sus familias. Pero si ella sabe ocultarse entre la multitud sin mostrar sus poderes, nadie podrá atacarla ni vendrán por nosotros cuando estemos desprotegidos.
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